No me cansaré nunca de San Joaquín. La verdad es que estos días de "retiro" espiritual y sobre todo, recargar las "pilas" en este ambiente tan hermoso, caluroso y energizante, nos permite dar un descanso al cuerpecito y sobre todo a la mente y el espíritu.
Como las últimas 4 navidades, hemos pasado momentos muy agradables en compañía de las familias Suárez y Reyna, lo que permite disfrutar aún más de cada instante, como único.
Desde el año pasado, nuestro Maestro Gastronómico José Antonio Reyna, nos deleita con un "pernil" de los Dioses, el cuál ya por tradición, lo comenzamos a cocinar a las 8:00am de la mañana del día 24 de Diciembre. Este año, el pernil fué de 10 kilos y la verdad es que cada año sabe mejor. Gracias a José Antonio, Liz, Marianita y Chacho, alias "Muchacho".
La cena navideña fué un éxito, ya que los más pequeños de la familia, se encargaron de atendernos. Lorenzo Enrique, mi sobrino ahijado, me sirvió Jamón Planchado.
Luis Fernando y Paula disfrutaron mucho en este viaje, el primero de mi "corroncho" a tierras Carabobeñas. A pesar de sus aún no cumplidos 5 meses, se portó de lo mejor. Gracias a Dios.
La verdad es que se fué otra navidad, y sólo me queda dar un beso y un abrazo - en sentimiento - por los que no están. Recordarlos y sentirlos dentro es un privilegio. Gracias a Dios por permitirnos estar aquí.
